Había una vez un mercado agrícola bajo las ventanas del hotel.
Sirve como símbolo del esfuerzo por combinar la creatividad humana con los dones de la naturaleza.
Imagínatelo: a partir de unos pocos ingredientes crear algo único en la cocina del hotel. Crujientes nueces, jugosas zanahorias, delicioso fondant y un toque de canela: todo esto y mucho más se unen en una perfecta armonía de sabores. Este pastel de zanahoria no es solo un postre, sino el testimonio de cómo un puñado de ingredientes humildes puede transformarse en algo extraordinario.